El sistema a través del cuál me organizo ha ido evolucionando a lo largo de los años.
Finalmente he llegado a un equilibrio en un sistema donde mezclo lo analógico con lo digital.
Mi gestor de tareas y proyectos digital es mi centro de operaciones y mi cerebro, donde todo empieza y acaba. La parte “analógica”, el cuaderno (la aplicación GoodNotes ahora) me sirve para centrarme en lo que más importa cada día, en las grandes cosas que hay que sacar adelante en mi jornada sí o sí.
Al comienzo del día escribo a mano las 3 o 4 tareas o acciones más importantes para la jornada de las que tengo apuntadas en mi gestor de tareas, y me centro en eso. Al acabar el día paso las cosas de la libreta que han quedado pendientes o alguna cosa más que haya podido anotar, a Things.
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